miércoles, 23 de marzo de 2011
síndrome de Estoy colmo.
Se decía de los secuestrados que besaban las ideas de sus secuestradores tras una especie de lavado de cerebro que sufrían "sindrome de Estocolmo" (ciudad de donde venían las suecas a nuestras playas veraniegas).
Debido a los besos de las secuestradas a los atracadores tras seis días de convivencia y su apoyo incondicional a los saqueadores e inconcebible para el resto de la sociedad, esto pasó a ser desde ese 1973 un síndrome.
La misma cosa es, el sindrome de Estoy colmo, que me lo acabo de inventar, (el nombre, no el efecto) que ocurre cuando los ciudadanos de un pais invasor besan a sus dirigentes cuando los dirigen a la invasión y saqueo de vecinos más o menos próximos.
Podemos empezar a analizar. Los alemanes cuando Hitler ataca Polonía, por el bien de los polacos. Los rusos invaden Afganistan por el bien de los afganos. Los americanos Vietnam, por el bien de los vietnamitas, los Chinos el Tibet, por el bien de los tibetanos, y así para atrás, cuanto queramos. De orgullo patrio se enseña en las escuelas españolas nuestra liberación de la tiranía reinante en Nápoles en tiempos de FelipeII. Fuimos allí por el bien de los napolitanos y les quitamos lo que tenían por su bien, pensando siempre en el mejoramiento humano y en la felicidad de los pobres reprimidos.
Nos queremos autoengañar.? Bueno, unos pocos no besan a los saqueadores, pero se quedan tranquilitos en su casa.
Se protestó un poco, allá por los años 60 en EE.UU. Pero eso ya pasó a la historia. Ahora a la oveja que bala, la apartan del pesebre.
Los que nunca tuvimos pesebre ni palmas, y solo estuvimos colmos de males y no del producto de sus saqueos, deberíamos replantearnos el seguir o no con el autoengaño.
Debido a los besos de las secuestradas a los atracadores tras seis días de convivencia y su apoyo incondicional a los saqueadores e inconcebible para el resto de la sociedad, esto pasó a ser desde ese 1973 un síndrome.
La misma cosa es, el sindrome de Estoy colmo, que me lo acabo de inventar, (el nombre, no el efecto) que ocurre cuando los ciudadanos de un pais invasor besan a sus dirigentes cuando los dirigen a la invasión y saqueo de vecinos más o menos próximos.
Podemos empezar a analizar. Los alemanes cuando Hitler ataca Polonía, por el bien de los polacos. Los rusos invaden Afganistan por el bien de los afganos. Los americanos Vietnam, por el bien de los vietnamitas, los Chinos el Tibet, por el bien de los tibetanos, y así para atrás, cuanto queramos. De orgullo patrio se enseña en las escuelas españolas nuestra liberación de la tiranía reinante en Nápoles en tiempos de FelipeII. Fuimos allí por el bien de los napolitanos y les quitamos lo que tenían por su bien, pensando siempre en el mejoramiento humano y en la felicidad de los pobres reprimidos.
Nos queremos autoengañar.? Bueno, unos pocos no besan a los saqueadores, pero se quedan tranquilitos en su casa.
Se protestó un poco, allá por los años 60 en EE.UU. Pero eso ya pasó a la historia. Ahora a la oveja que bala, la apartan del pesebre.
Los que nunca tuvimos pesebre ni palmas, y solo estuvimos colmos de males y no del producto de sus saqueos, deberíamos replantearnos el seguir o no con el autoengaño.