se lanzan sobre Libia mediterránea
para saciar sus sed(es) de mal.
Los vimos volar en círculos,
negros buitres de ruindad,
y callamos, escondidos, agazapados,
con nuestras banderas de rendición
ondeando bajo los sucios vientos
de nuestro miedo en el corral.
No cae el perdón posible
sobre nuestro infinito motor,
somos momias en sepulcros
dentro de paredes blancas
en un mundo oscuro
donde la vida es muerte,
donde la cima de nuestra vergüenza
es callar y callar.
Bajo el babeante placer de los amos
las niñas libias son violadas,
las mujeres asesinadas,
las familias despedazadas.....
y miramos donde no ver.
que canallas
son, somos,
pero no serán.
Hay futuro, allá, en algún lugar,
sin nosotros.
´desaparecido pero no olvidado |
Yo tampoco lo pienso olvidar, hijos de la gran puta
Una guerra injusta, como casi todas. Francia y los Emiratos Arabes son felices, nosotros solo hemos sido comparsas del deshonor.
ResponderEliminarCandela, me encanta tu capacidad de resumen en una solo frase, celebro que compartas mi opinión.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
B‰s
Hmmmh... lo de no olvidar... digamos que hijos de la gran puta desde luego, pero es divertido olvidarlos, porque así no se mezclan en nuestras aguas.
ResponderEliminarEs decir, hijos de la Gran Puta.
Miguel, gracias por tus sabias palabras, maestro, por tu profunda visión del olvido, y la única "venganza" posible, borrarlos, que no contaminen más.
ResponderEliminarBºS