tu rugir

Buscan mis dedos
llevar a su palma
tu pecho.
En el aire y en el agua,
movimiento flamenco,
repiten y ensayan
mis manos el movimiento.
Turgir tiene sonoridades selváticas,
de tigres en la tundra
con carnes prietas
y pieles rayadas
sin alfombras ni trofeos.
Turgente tiene sabores
de tactos emergentes
con lenguas terminales;
cerrados los ojos,
oyendo palpitares cruzados,
con los labios y dientes
rozando glándulas pectorales.
Me nace la respiración
en el fondo del estómago,
y se olvida a ratos el corazón
de seguir respirando,
queda sin ordenes el pulmón,
narcolépsico enamorado,
cuando se para el mundo
en lo alto del pezón.