“Vinimos, vimos y él murió”

Quienes siembran el mundo de terror, creen que su risa es contagiosa.
Me cago en la puta madre de esta cabrona cornuda.
Se acabaron las formas y la compostura.
Ochenta mil muertos, de momento, de momento y un país rico y brillante arrasado, no es para reír si tienes algo de humanidad, algo, solo un poco.
Han convertido a la humanidad en robots sumisos.
"Mutación necesaria o muerte merecida", son los dos últimos versos del libro recién impreso "Paulistas al poder, poemario con estrambote", y ese es mi sentimiento hacia la humanidad de estos inicios del siglo veintiuno.
Mutar, que es morir un poco, o morir, que es morir del todo.
No abandono nada ni a nadie. Voy a sentarme a observar las muertes con el corazón plastificado en un film transparente.¡ Visteis las barbas del vecino en la bacía y no os visteis en la cola? Yo me la puse de sombrero. Poeta loco, loco, pero enamorado, erguido otra vez para recibir un nuevo golpe. Más molinos, Andresillos y batanes. Más Rocinantes encadenados, Sanchos poricosos y bálsamos de fierabrás.
La vida es levantarse y caer, o subir y bajar, o ir de curva a curva por carreteras, barrancos y caderas femeninas. Es alcanzar cimas, desde ocho miles lejanos metros hasta ocho centímetros en un pecho de mujer.
Y con todo lo bueno de la vida, a veces también un poco de asco.
Para que podáis vomitar con ganas, os dejo el video.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=A6oHZDOnzTU

Son las ocho de la mañana, y hace muchos años que no hago algo así, pero me voy al inodoro, a meterme los dedos hasta el esófago si hace falta.