En la mitología griega, Prometeo es el portador del fuego, quien viendo a los seres humanos desvalidos, les proporciona algo para poder luchar por su supervivencia, el fuego, o lo que es lo mismo, la conciencia.
Luego Prometeo será encadenado a una roca y un águila vendrá a comerle el hígado todos los días.
la roca es el cuerpo físico, el hígado las bajas pasiones. Encadenado por orden de Zeus.
Esquilo escribió una trilogía, de la cual solo nos ha quedado la primera parte, "Prometeo encadenado", las otras dos, "Prometeo liberado" y "Prometeo portador del fuego" solo queda el nombre, poco más.
Esquilo murió porque le cayó una tortuga del cielo encima de su cabeza, castigo por divulgar conocimientos secretos.
Prometeo es pues el dragón-serpiente que ofrece la manzana a Eva, dando nacimiento a la conciencia de la humanidad.
Prometeo es el portador de la luz, Lucifer, el ser celeste que se encadenó a la materia.
Prometeo somos todos, aquí, en la Tierra, encadenados, con conciencia, dioses creadores.
Heracles es el libertador de Prometeo, quien lo libera de sus cadenas, el mito no lo explica, porque ese segundo libro ya no llegó a ver la luz, nunca se representó, o al menos no nos ha quedado historia de ello.
No hay más pistas de como liberarlo, pero si han quedado los doce trabajos de Heracles, previos a la liberación, o guía para la liberación, puesto que Prometeo es la inquietud de Heracles, algo que mitiga ese comer diario del águila en el hígado.
El águila, Zeus en la Grecia mitológica, es quien come del hígado de Prometeo. Zeus se alimenta de las bajas pasiones humanas, y es vencido por Heracles, porque no tiene bajas pasiones.
Las bajas pasiones son los sentimientos negativos, todo el odio y maldad. Los sentimientos positivos, de amor y bondad, poco le importan. Pero si el amor tiene deseo, la perdida conllevará dolor, y si la bondad es pura, el dolor ajeno causará un sentimiento de compasión, difícilmente no convertido en rabia ante las injusticias del mundo oscuro. La rabia también es condimento para Zeus.
El adversario, satanás, no es Prometeo, es Zeus. La ristra de dioses, guerra, comercio, pasión, trabajo, Marte, Mercurio, Afrodita, Hefaistos, etceteras, y de semidioses, aquellos seres humanos que en cualquiera de sus facetas, más comidita les procuraron, son, todos, los adversarios.
Prometeo nos prometió que él sería liberado cuando le lleváramos la luz a lo alto de su monte-caverna, el cráneo el cerebro, las neuronas, las conexiones, el amor. Un Amor que no esté manoseado por las corruptelas habituales. Un amor que libera, de luz, y que mata al águila de Zeus literalmente de hambre.
De eso se alimenta el pobre Zeus,
de nuestras más bajas pasiones,
fabricando olímpicos estadios
donde uno gane y muchos pierdan.
De quien gane hoy, ya comerán
mañana u otro día, eso lo saben,
pero "ay de los vencidos",
pasto fácil, buen manjar
de águilas negras y ruines,
de gulas que no pueden parar.
Pobre carroñero oscuro!
al verte desnudo
que lástima me das!