Y te llevaste tu sonrisa
para abajo, con tus cosas,
que allá donde vayas será cielo
con sus nubes graciosas
haciendo sombras-dragones,
elefantes, mariposas,
desfaciendo los chemtrailers
en quijotescas fantasiosas.
Y bajaré a buscarte
para besarte en la boca
con la trémula injusticia
de la resurrección,
para cumplir las profecías
de las guerras amorosas,
de los dientes y salivas
en deseos y alfajores
desde el dulce corazón.
Y volveremos cómplices
de las gentes poderosas
que saben de la conspiración.
Para contagiar el perfume
de las luces centrales
con la transfiguración.
Es el hijo bien amado
en el monte Tabor:
el beso de tus labios.
Y será la Tierra
un mundo mejor.
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| Sandro Botticelli |
No me sale el comentario. Pero son mis dedos al teclado, no el sistema.
ResponderEliminarDespués de leerte ha sido como si me hicieran una encuesta y me quedara en silencio y me contabilizaran con un no sabe/no contesta..
Besabrazos
La sabiduría es parte de tu humanidad, intrínseca a tus comentarios, sean cuales sean.
Eliminaralarbesos
Percibo esperanza y optimismo en estas líneas. Me gusta mucho. B7s
ResponderEliminarPues gustándote, Lola, el texto se reabsorbe y es medio con fin.
Eliminarb7s