Mientras G. Bush II invitaba al presidente del pequeño país a poner los pies encima de la mesa y enseñar la sonrisa de los dientes, el equipo, el gobierno en la sombra del mundo mundial, que usaba a unos de igual manera que usaría a otros como marionetas, unos con vocación y otros sin saberlo, sin imaginarlo siquiera, hacía fotografía de recuerdo o memoria.
Observando la foto, un "primer espada", pensó en el pequeño país y empezó a montar la estrategia para casi un año más tarde. Visualizó aquel grupo de izquierdas del "no a la guerra", con subvenciones desde lejos, información inesperada, y difusión por todos los rincones. El gobierno en la sombra, quería una celebración 911 días después, ultimaba los preparativos.
No querían comenzar 911 días después la operación Libertad Iraquí, se necesitaba un cohete previo a la invasión, y ese cohete bien podía ser ese pequeño país. La bandera del Maine ondeaba en un recuerdo lejano.
Los días se sucedían de manera inevitable, y poco a poco el cerco se cerraba. la propuesta de Madrid como lugar en donde hacer una maniobras anti terroristas, no estaba en los planes iniciales, pero se añadió con suficiente tiempo, y así, 900 días después, la preparación quedaba calibrada al milímetro.
Los Gladios invisibles acompañaron a los Otanistas visibles. Si el vuelo de Carrero o el aterrizaje del 23F seguían ondeando con sus tibias y calaveras, la del 911 días después iba a ser la puntilla del engaño.
Franco quedaba al fin castigado y el desmantelamiento del Estado Español entraba en una aceleración que iba a desarrollarse por propia inercia. El nicho estaba preparado, (que Santa Lucía les guardara la vista).
Como mandan los protocolos, el siguiente paso era el enriquecimiento ilícito de sus políticos y su posterior puesta en la picota.
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