y escribir palabras de vida,
para multiplicar significandos
es respirar improvisando,
la musa está crecida.
Cuando la flor espera
la epimetea Campanilla
con sus polvos mágicos,
puede ser un lluvioso mayo,
o el último septiembre.
Epimeteo es el hermano,
que abre cajas sin saber
ni lo que fue, ni lo que es,
para descubrir en la Esperanza
su alma gemela,
la que nunca abandona.
Jinquer |
muy bueno, saludos
ResponderEliminarcelebro que te guste, la musa es imprevisible.
ResponderEliminarsaludos