El sol, la playa, los libros y el perro,
un loco suelto, un ojo abierto,
zarcillos coloraos, el cuerpo ladeao
y sobre los hombros tirantes negros.
Dos. Cuando la luz se hace reflejo
y en el anillo de perlas, la luz flamenca
se hace baile buscando un tablao
que te susurre todas las infinitas fiestas.
Un bichón habanero de gafas oscuras
dormita tranquilo con mirada lejana
donde la plácida vida agrada más.
"Amonos de tiendas, corasón",
donde cuelguen los regalos
en estantes con ruedas
y vendan las bebidas enlatadas
dentro del box del self-service,
"Amonos al aeropuerto"
a saltar aunque sea de rana,
lo que vale es el intento.
Con toda la luz, en la noche oscura,
la mirada rebosa los ojos
cual crecida los arcos del puente
en el río impetuoso,
impetuosamente, río.
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