Se acaricia con la cara
Con la mejilla se hace maravilla
Y cuando se usa el plural
Está en la nariz el roce
más tierno y sensual
Con un lóbulo en un muslo
el otro también.
Se besa con los labios
En otros labios se besa
Con la lengua con los dientes
Con los dedos se frota
Se empuja con la barbilla
Y se duerme con la cara
En la almohada de tu sexo.
Y se sueña con el alma
Desde la piel a los huesos
El milagro de tus labios
La aventura de tus besos
Con la mejilla se hace maravilla
Y cuando se usa el plural
Está en la nariz el roce
más tierno y sensual
Con un lóbulo en un muslo
el otro también.
Se besa con los labios
En otros labios se besa
Con la lengua con los dientes
Con los dedos se frota
Se empuja con la barbilla
Y se duerme con la cara
En la almohada de tu sexo.
Y se sueña con el alma
Desde la piel a los huesos
El milagro de tus labios
La aventura de tus besos
es tal la intensidad que uno olvida usar las orejas.
ResponderEliminarsaludos y feliz fin de semana.
Bueno, las orejas, están, pero no molestan, se pliegan, se doblan, y hacen bonito.
Eliminarsaludos
Mmmm me encanta tu poema tan apasionado y húmedo.
ResponderEliminarBesos derramando el licor de la piel, bebiendo los labios en copa de la vida.
Un placer leerte.
Besos enormes.
Humedad, esa es la palabra que no aparece en el poema y que debería haberlo coronado. Me alegra que te haya gustado
Eliminarb7S