Begona y Lourdes fueron capitanas
del equipo que pateó la sierra
por las barrancas de la Barrancá
y perdieron el camino que era
para encontrar el camino que será,
en un caminar de buena espera
con cervezas y algo de picar.
Los bastones desde la acera
mandan un saludo de volver,
de rimar frases con la lunera,
con la amante de nocturnidad
entre los pinos de la chopera
quinientos años para atrás.
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