Iré a buscarte al aeropuerto
con nuevos poemas rondando
espiralando un anillo
entre la tierra y el cielo.
Un círculo flexible que se retuerza
sobre sí mismo hasta conseguir
un punto equidistante
entre las dos lágrimas eternas,
dos gotas de agua
unidas en el equinoccio
maravillosamente distintas:
el infinito analema.
Y cuando el sol se pare
le soplaremos para que vuelva
en la fiesta del solsticio
con el fuego en la montaña.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExiste, pues, esperanza de encuentro. También me gusta lo estratosférico que son estos versos.
ResponderEliminar¡A por el venidero otoño, si Dios Quiere!🌕💎
Recibe Unos Saludos.
En el equinoccio también haremos fiesta la x es mi letra favorita
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