Y cuando éramos solo perros
sin ser perros de nadie
con toda la libertad
entonces éramos más?
Pregunto. No sé!
Más libres.
Somos perros y los amos
son de nuestro mundo
pero no de nuestro reino.
Es difícil verlos
porque se agazapan dentro nuestro
y manejan las riendas,
las cadenas, los collares
y no los vemos
aunque quizá alguna vez
un loco va diciendo, va diciendo
cosas de locos.
No pasamos de perro
y vamos cambiando de amo
cada cual peor que la anterior
una vez un lazarillo
y un ciego y un clérigo y un señor
y cambiar de amo nunca fue la solución.
No pasamos de perro
y ni cuenta nos damos
nacer es regalarte a un niño
el niño es como ciego
tiene mucho poder sobre ti
te quiere un poco
pero es muy cabroncete
y entonces lo abandonas y te vas
con el padre, el clérigo
y no pasa tanto tiempo contigo
te va castigado de otras maneras
haciéndote pasar hambre
o haciéndote vivir en soledad
y entonces consigues escapar
y te vas con un perroflauta
Hidalgo que nada tiene
que te quiere y pasa tiempo contigo
y te das cuenta de que eres tú
quien le tiene que dar de comer
y no puedes pasar de perro
y no puedes pasar.
Y cuando fuimos solo burros
sin nadie a las espaldas
cuando fuimos solo caballos
sin tener a nadie montado
en aquellos tiempos lejanos
antes de que Quirón nos hiciera centauros
para convertirnos en binomios
con la cabeza en otro cuerpo
y con otro cuerpo por cabeza
ya ningunos recordamos
aquel planeta de otro plano
sin conseguir acostumbrarnos
a esta carga de pseudohumanos.
El depredador de Castaneda
cada día más cercano
ese invisible jinete extraño
lleva nuestra riendas
somos sus esclavos.
Y cuando dejemos de ser
este río de imposiciones
qué seremos?
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