lunes, 18 de febrero de 2013

anti-sistema

Antes, en el mundo redondo, estaba la gente normal y los antisistema. La gente normal era la que iba a misa o a telecinco, (qué más da), y los antisistema, que eran unos pelanas o melenas, con tatuajes y cadenas, que puede que ellos se ducharan, pero su ropa no.
Ahora los antisistema son los jubilados que ante un deshaucio se suicidan. La tía María, que ha descubierto que los políticos siempre la engañaron y las gallinas que han decidido no poner más huevos, así revienten.
Los casi 4.000 suicidios del último año son, no una punta del iceberg, son la base que sostiene lo que ya es insostenible.
Mientras en la partida de cartas, los tahúres de cartas marcadas, eran minoría y la mayoría no los percibía  y si alguno lo denunciaba era un conspiranoico que quería romper la baraja, la partida funcionaba. Funcionaba como siempre, los tahúres ganando y los demás hablando del karma o de la suerte. Pero ahora casi todos los jugadores han visto que algunos usan cartas marcadas, que se saltan las leyes, y que nunca les pasa nada. Seguir jugando en estas condiciones es rastrero y penoso. Ser cornudo cuando no lo sabes, es llevadero, pero ya cuando no solo lo saben toooooooooodos los demás, los que se acuestan con ella, y los que no, el tema es cuanto menos, incómodo. (Cambiando el género funciona igual, con el leve matiz de la semilla fuera, o la exosemilla dentro).
Ahora, el hacer trampas, ya no es humillante y vergonzoso. Se encargaron los tahúres de hacer malos, malísimos, malotes a los atracadores de bancos; ahora ya no nos parecen tan malos. Aunque el sistema sigue castigándolos con ahínco, con penas más duras que a cualquier vulgar ladrón que roba a vecino.
Porque si robar al ladrón ha cien años de perdón, robar a vecino, es de cabrón y cochino, a nivel humano, pero a nivel de sistema tahúr, el malote es el que perjudica al sistema, aunque no perjudique a los humanos, hijos del sistema, que viven en el sistema, pero que se dedican más a nutrirlo que a nutrirse de él.





Once marzos
explotan en las manos
diez años después
las mentiras y los disfraces
son velos transparentes
que ya no ocultan
la desnudez del rey.


De "El retablo de las maravillas" a "El traje nuevo del emperador", contada muchas veces, muchas veces oída  y al final de los tiempos, parece que los burlados comprenden la burla, y los burladores salen a palos.

4 comentarios:

  1. Hay sistemas dentro del sistema y la continua comunicación entre ellos hace que los sistemas tenga sistema, desde esta perspectiva veo la posibilidad de evolucionar... ¿Interactuamos? :)

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    1. Yo escribo lo que escribo, para que cada cual, lea lo que lea.

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  2. El feedback o retroalimentación es imprescindible para la vida de un sistema...¿Y si alimentamos los sistemas éticos e ignoramos los sistemas no éticos?

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    1. Es una acción necesaria, imprescindible, tanto como el saber descubrir ethos y mores. Griegos y romanos, moralidades y costumbres.

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