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lunes, 5 de septiembre de 2011
mis papás
No supe donde protestar, porque si de hambre muero, para qué quiero la vivienda? Ellos no morirán, que tienen reservado un apartado en el sótano repleto de viandas.
Me han asegurado que es por nuestro bien conjunto, que comida nunca me faltará, que eso solo es letra pequeña, que ellos me quieren mucho, pero yo, ya no sé que pensar.
Me tienen 12 horas delante de la tele, es cierto que me gusta, los dibujos, los cotilleos, las no ticias, el futbol. Me sé de memoria todos los concursos, y todos los concursantes. Me sé como se llaman todos los que a la greña van de este al otro programa. Me sé vida y milagros de todos los millonarios que en calzoncillos juegan a la pelota o al escondite. Cuantas veces orinan al día y el sabor del último helado que se comieron.
A mi vecino, el islandés, lo hacen estudiar mucho, y le dan poco circo. No se queja, pero dicen mis papás, que no es buen ejemplo. Que tengo que dar gracias de la libertad de la que gozo, que mire por la ventana, al otro vecino, al libyo, que por no haber tenido libertad, y ser malo, ahora lo han castigado con el hombre del saco. Y el hombre del saco se lo ha llevado, lleno de chichones y manando sangre por todos lados, no jugará más conmigo, ni me dejará juguetes, ni podré ir a su casa, que se la han roto toda y no la van a poder arreglar.
A mi las gafas se me empañan de tanto mirar la pantalla, pero dicen mis papás que mejor que no salga al parque, que hay muchos hombres malos, que me quede en casa, encerrado, y que tenemos que disfrutarla. Que para eso la pagamos, que sólo en intereses se nos va casi todo el sueldo.
No me gustan estos papás, nunca me gustaron, los cogí porque no había otra cosa. Creo que tendré que mirar si ya soy mayor y puedo vivir solo.
Si puedo vivir solo: que se vayan.
Que ya no me engañan estos papás ni con los reyes magos ni con Papa Noel ni con el hombre del saco.
QUE SE VAYAN
Que me siento engañado, estafado, burlado. Qué para que quiero yo la casa si de hambre me muero!
que se vayan ellos a comer a la despensa que han preparado en el sótano. Que no los soporto más.
Que no son mis papás, que son adoptados, y que son malos y no me quieren.
Que se vayan y que no vuelvan, que no vuelvan nunca más.´