sábado, 9 de abril de 2011

el salto la rana

El enamoramiento es una rampa
que apuesta por nuestras alas
pero en lugar de volar
siempre terminamos haciendo
el salto de la rana
en trampolín soñando el agua,
que pareciera que volara
un amor en caída libre
que era en realidad
una demolición controlada,
puesta la termita por dentro
en acción efervescente.
Tanto traer lunas,
besar cielos en siempre
cruzar mares eternos
para terminar en cualquier charco,
piscina olímpica
o puerto estanco.
El enamoramiento pone alas
por encima del diafragma
en un continuo aleteo
hasta que se acaba.
Después se comparten,
rotas en el suelo las alas,
miradas hacia arriba,
donde felices
los recuerdos volaban.
y se termina viajando
hacia otras rampas
para hacerlas trampolines.

4 comentarios:

  1. Tú tienes fijación por mi Mar Eterno...jajajaja...

    Bueno, en serio, Rafa. Me gusta y no me gusta este poema. Me gusta en sí, pero querría que sólo hubiese alas.

    Un beso!!!

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  2. Así es, todos queremos alas, pero acabamos en el agua y no en el cielo. Te ocurió a ti, tambien a mí, y a la mayoría de la gente que conozco.
    Por cierto, no tengo acceso a tu blog, ¿sabes porqué?

    bms

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  3. Desde luego eres todo un poeta, me ha encantado el trozo que más:-
    "El enamoramiento pone alas
    por encima del diafragma
    en un continuo aleteo
    hasta que se acaba."
    Mejor definido imposible, es algo tan fugaz pero tan intenso.
    Un besote.

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  4. celebro que lo hayas vivido, sentido, asimilado y guardado en el corazón.

    bsets

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