sarta, vela y cular

Algunas veces la conversación lleva a en-frenta-mientos con la rabia de la sinceridad.
Demasiadas preguntas, demasiadas conclusiones, de más y hadas.
Demasiados consejos, demasiados supuestos, de más y hados.
Cuando la vez es puñetera,
inmortal es lo que la muerte no se lleva,
La muerte nos va cortando a rodajas
desde el mismo instante del nacer,
y nos creemos Dios parte del todo,
y somos el resto de un salchichón
colgado de una cuerda y medio seco,
mientras la afilada muerte sigue cortando
rodaja tras rodaja, dueña del tiempo,
finitas, finitas, para que dure,
como si fuera jamón.
Lo llamamos experiencias,
estar en bocas ajenas
enamorando al sabor.
Somos chorizos de los dioses,
nos devoran sin encontrar lo espiritual,
o nos hermanan cuando ellos mismos
se reconocen en ser chorizos
de otra escala mucho mayor.
Hojas de lombarda, capas de cebolla,
hongos virus y bacterias,
somos nuestra propia medida
en la rabia o en el amor.
En el querer con rabia,
en el no querer con amor.