Potocolos de Chion
Como los más siempre son menos, pondremos esquilas a los algunos de los más. Que sean bien tontos, que les gusten los caramelos, audis ochos, cero cero, portaviones particular, helicop teros, y jamar y jamar.
Cuando los que no llevan esquilones descubran el despilfarro de los collares, la baba rabiosa de los perros y la banda transparente de la mujer esa de la balanza, causas por las cuales ya no queda pienso en el corral, ni paja en el granero, ni tomates de colgar, vas a ver tu que van a coger un cabreo.
Cuando todos se hagan cabras y se quieran escapar, romper vallas y pesebres, entonces usaremos las pieles de los extraterrestres, de los intramares y los del Peri 18, ( esto es un barrio de mi pueblo, pero me permito la licencia) Iremos de salvadores, somos los de Chion, los sabios de los potocolos, llevamos la mochila del Pocholo, el oro de Rusia y los bergantines del capitan Drake : A todos estos pícaros, granujas y sinvergüenzas, los vamos a poner en la picota para contentar a la granja con su vergüenzas.
Achí va che. Che, che va.
Y todos los borregos, con hambre y sed, en abrevaderos vacíos y pesebres al revés, (servesep, que son servesas con sevenap) nos aplaudirán.
Que dirán los apalausos?, Bien venidos misters sabudos de Chión,! que gordos tenís los potocolos!
Cuando los que no llevan esquilones descubran el despilfarro de los collares, la baba rabiosa de los perros y la banda transparente de la mujer esa de la balanza, causas por las cuales ya no queda pienso en el corral, ni paja en el granero, ni tomates de colgar, vas a ver tu que van a coger un cabreo.
Cuando todos se hagan cabras y se quieran escapar, romper vallas y pesebres, entonces usaremos las pieles de los extraterrestres, de los intramares y los del Peri 18, ( esto es un barrio de mi pueblo, pero me permito la licencia) Iremos de salvadores, somos los de Chion, los sabios de los potocolos, llevamos la mochila del Pocholo, el oro de Rusia y los bergantines del capitan Drake : A todos estos pícaros, granujas y sinvergüenzas, los vamos a poner en la picota para contentar a la granja con su vergüenzas.
Achí va che. Che, che va.
Y todos los borregos, con hambre y sed, en abrevaderos vacíos y pesebres al revés, (servesep, que son servesas con sevenap) nos aplaudirán.
Que dirán los apalausos?, Bien venidos misters sabudos de Chión,! que gordos tenís los potocolos!
(pag. 46 del libro Algo ha cambiado: Huele a despertar)
Protocolos
capítulo
XIX
.....Para despojar al crimen político del prestigio y la aureola del valor, llevaremos a los acusados por estos delitos al banquillo de los delincuentes vulgares, lo mismo que se lleva al ladrón, al asesino y a cualquier criminal despreciable. Entonces la opinión pública confundirá en su interior esta categoría de criminales políticos en la ignominia y vergüenza de los demás, y los castigará con igual menosprecio y repugnancia......
XX
....Si la ligereza de los gobernantes Gentiles, en lo relativo a los negocios de Estado, si la corrupción de los ministros, o la ignorancia en materia hacendaría de otros gobiernos han abrumado a sus pueblos de deudas que no pueden reembolsar a nuestras cajas, debéis saber que esto también nos ha costado mucho dinero y grandes esfuerzos...
XXI
..En la actualidad, con las deudas exteriores, los Gentiles no piensan en hacer nada semejante, sabiendo, como saben, que nosotros exigiremos todo nuestro dinero. Así una bancarrota manifiesta demostrará a las naciones la falta absoluta de unión entre los intereses de los pueblos y los gobiernos....
Para el pago de los intereses es necesario recurrir a nuevos empréstitos que no absorben sino que aumentan la deuda principal. Una vez agotado el crédito, se necesita recurrir a nuevos impuestos, y éstos sirven no para cubrir el empréstito, es decir la deuda contraída, sino sólo para pagar los intereses del mismo. Resultando que estos impuestos son un pasivo empleado en cubrir el pasivo anterior...
ResponderEliminarViene después el tiempo de las conversiones que disminuyen solamente el pago de (o mejor dicho el monto) los intereses, pero sin amortizar la deuda, conversiones que, además, no pueden hacerse sin el consentimiento de los que cubrieron el empréstito, o sea los prestamistas.