Descartar,
cuando la carta en la mano
no hace buena compañía
esperando del mazo
posible mejoría.
Despertar
cuando al experto original
lo hacen latín vulgar.
Desconocer
cuando el sustantivo viene
de un adjetivo anterior
y el destino
no acierta en su contrario,
cuando la inversión
no habla de futuro
sino de un presente al revés.
Si no te descartas
el juego se detiene
y nunca es triunfo
la carta que desprende.
Juega bonito
y mañana más.
Las cartas que se envían
para esperar contestación,
son las de Descartes, René,
a su princesa Elisabet,
las pasiones del alma,
en las cartas del "des".
Existe el desalmado, pero no existe la desalma,
existe el negar la afirmación,
pero nada se resiste,
a los ojos en tu balcón.
Totalmente descartado e inútil para seguir el juego.
ResponderEliminarPero vivo. Jodídamente vivo.
Pues si vives, eso es bueno. Que vives jodida mente, pues eso ya es otro juego, otros triunfos, otros arrastres, pero al final la partida se gana robando.
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