sábado, 25 de octubre de 2014

Oficialóicos

La percepción de la realidad del mundo es muy casquivana. El común de los mortales oficialóicos, nunca se cuestiona la verdad establecida por la "oficialidad". ¿Qué la Tierra es plana? Pues plana. ¿Qué es redonda? Pues redonda. ¿Qué Hitler es bueno? Pues bueno. ¿Qué es malo? Pues malo.
Trayendo a colación el caso de cuando la medicina oficial enseñó a una generación de médicos españoles que el aceite de oliva era malo y era mucho más saludable el aceite de semillas de girasol, o similar, recuerdo nuevamente, a mi tía, diciéndole a mi abuelo:" Pues si el médico ha dicho que el aceite de oliva no es bueno, se gasta para hacer jabón y compramos de girasol, que el médico ha estudiado, y usted, padre, no ha estudiado. Usted sabrá de podar los olivos, de cuidarlos, de recoger las aceitunas, molerlas, prensarlas, y conservar el aceite en esa gran vasija de barro esmaltado, pero usted no sabe si el aceite es bueno para el cuerpo, y el médico sí, que para eso ha estudiado". Y mi abuelo respondía: " Pues hija mía, tú no ves lo sano y fuerte que yo estoy, con mis 73 años, y no ves lo escuchimizao que está el médico ese, con sus veintitantos, que tiene la piel blanca y fofa, < engarripao > que no puede subir a los árboles, y que no tiene ni media hostia, que estoy más sano que él, más fuerte que él, y lo seguiré estando por muchos años que pasen. ¿No lo ves?
Pero no, mi tía no lo veía. Menos mal, que mi abuelo era el patriarca, y allí mandaba él, y si se equivocaba, se equivocaba él, no sus hijos. Mi tía siempre fue oficialóica. Y jamás pensó en oscuros intereses farmacéuticos ni en comisiones médicas para el suministro de sus distintas marcas.
Aquella ola pasó, y no pudo tener mucha altura, porque no se sostenía ni con muletas.
Por aquellos años se nos vino encima otra ola, tan funesta o más, pero que no tenía una fácil constatación  por parte de los que se hacen preguntas, así que conspiranóicos y oficialóicos, acabamos todos cepillándonos los dientes con pasta fluorada. Muchos, muchos años después algún estudio imparcial observó que las cosas no eran tan simples, pero la ola informativa siguió barriendo, tanto, que aún a día de hoy, solo unos pocos desconfían de las supuestas virtudes del  flúor para prevenir la caries, unos pocos que han exigido pasta dental  sin flúor, cosa que ha sido fácil de instaurar, porque ya se fluorizan los depósitos de agua para consumo humano.Todavía la gran mayoría de médicos dentistas, promueven pasta dental fluorada, pero, puesto que la nueva pasta sin flúor es más cara, pronto recomendarán la pasta sin flúor, simple y llanamente por una cuestión de porcentajes en la comisión pertinente.
Los oficialóicos tienen un extraño virus arraigado, que les impide ver cosas tan simples como las mentiras del 11S en Nueva York, o el 11M en Madrid. No podrían aceptar que los mandamases les engañan. Si ya no son capaces de reconocer que los médicos les matan sin querer, ¿Cómo iban a aceptar que los gobernantes los joden queriendo?
¿CMX? ¿Dónde cae el 2015?




2 comentarios:

  1. A veces me pregunto, no sin un pequeño grado de preocupación !
    Que lugar ocupamos los que estamos entre chichas o limonar ?
    Quiero decir .... unas veces oficialoicos.... otras conspirainocos ..
    Esto debe ser lo mas parecido a ser bipolar !!!!

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    1. Quien se descubre oficialóico, si no deja de serlo es porque mama mucha teta.
      Los de la conspiración son los que mandan con mentiras burdas que hacen oficiales para imponer la sumisión.
      Bipolares somos todos los que tenemos campo magnético.

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