lunes, 9 de marzo de 2020

Ridí - culo

Del uniforme juvenil
con pantalón de campana
Al uniforme actual
de los pantalones rotos
Han pasado cuarenta años
llenos de ciclos dirigidos
a dar vueltas a la noria
con las anteojeras puestas.
Y seguimos sin ver lo ridículo
las modas que encadenan.
La libertad era elegir el color,
la tela de pana o tergal.
La libertad es elegir el roto,
en rodilla, muslo, o nalga.
Y no aprendemos nada ,
solo perseguimos zanahorias
sin ver la mano titiritera.

Y cada amor es el último
y cada desamor pasajero.
Cada hola es para siempre
cada adiós solo hasta luego.
Y nos creemos mejores
pero nadie mejor que otro.

2 comentarios:

  1. Hay mucha verdad en tu poema. La foto del árbol con la cadena es muy original.

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  2. frente al Rusty Pelican, con estupendas vistas hacia Miami.

    besos

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