quenelle

Quien no se crea la cosa esa del holocausto judío, es un nazi.
Punto y final. (O puto final)
Esto es una regla de tres de las palabras ya utilizada desde los sofistas y desmontada por aquel que tenga algo, solo algo, de inteligencia. Hay que apuntar un inciso, que dice que la memoria no sabe trabajar con los silogismos. Tener memoria no significa ser inteligente. Los ordenadores tienen memoria, los USB tienen memoria, hasta los peces tienen memoria, poca, pero tienen. Otra cosa es saber distinguir un sofisma  de una "quenelle", es decir, de cuando "te la meten doblá," aunque el gesto de Diudonne es con el brazo tieso, que "te la meten hasta el fondo".
Nos la metieron los sionistas, los políticos, los banqueros, (que vienen a estar los tres dentro del mismo paquete en las altas esferas), y Dieudonné lo denuncia con ironía y sarcasmo, y a él lo prohíben. Esto se llama libertad de expresión.
El mismo Franco no pudo prohibir a Lluis Llach su canción de "l´ estaca".

Un silogismo truncado, o un entinema, es el que suprime una de las partes, por considerar que es tan verdad, que nadie puede dudar de ella.

Estas supuestas verdades son las que se inoculan (el término es premeditado y ejemplo) a través de los  medios de difusión de masas, tele, cine, radio y libros, en ese orden.

Por supuesto que también los libros. Los cronistas que en la historia han sido, bien saben con cuantas mentiras la vistieron, y con que desfachatez (el término es premeditado y ejemplo) engañaron.

A Dieudonné,  musulmán y negro, no le salva el ser cómico. Cuando los bufones exponían las tropelías de los nobles y reyes, poco duraban en el cargo.