Los trigales sin cizaña,
los mercados sin alma,
las flores perseguidas
con rabia saña y crueldad.
El grano sin paja
el caballo en el pesebre
en el pienso y sin pensar.
El sexo sin besos
de prostíbulos suicidas
rendidos al porcentaje
del luchar para atrás.
Los trigales proscritos
regalando vida plena
con sus colores azules,
sus perfumes encarnados
sobre verdes verticales.
La caña hueca del poeta
no es un remedio estomacal,
no se dobla, pues no pesa,
su tesoro es temulina,
el destino es despertar.
Flor y poema, despertarán.
ResponderEliminarYo sé que despertarán.
¿Cuándo?
Pues sabes más que yo, que no sé ni el qué ni el cuándo.
EliminarTe superas
ResponderEliminarNo, no me supero, pero gracias por el aliento.
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