miércoles, 29 de abril de 2020

Dolores Gómez Ortega

Y el hijo de Ignacio no fue torero
porque Sánchez era mecenas,
de los hidalgos de Mejías.
En línea con aquel don Luis
que en duelo singular
de frente y con honor
al Tenorio batió.
Ignacio Sánchez Mejías
saltó a la arena
como lo bravo que era.
Y esta vez perdió,
allí se dejó la vida
para que Lola no llorara
la muerte de su hijo.
Para que Federico le escribiera
el llanto y la elegía.
Para que Pablo pintara
al toro y al caballo
y a la madre y esposa
y mirando al tendido
la espada rota.
El profeta Lorca Camborio
también se marchó
demasiado pronto.
Lo que en otros no envidiaba
el Rosales de su sangre
a su primo denunció.
Y Picasso se hizo rico y viejo
porque su alma al demonio vendió
el día que a la pintura
Guernica llamó.


2 comentarios:

  1. la verdad es que si la pintura se hubiese circunscrito únicamente al toreo, no hubiese tenido la gran fama mundial que llegó a tener.

    ahora tienes que hacer un texto sobre el contubernio entre franco y los nazis y el genocidio de aquella ciudad vasca.

    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Murieron más en Nules, en similares circunstancias y fechas, y ni Dios sabe ponerlo en el mapa.
      Todo es propaganda y manipulación, mentiras, pistas falsas y simulación.
      Aquí no entras más, le dijo Lola después de varias infidelidades, y no volvió a entrar.
      Grande Ignacio y Grande Lola.

      saludos

      Eliminar