viernes, 5 de octubre de 2012

En el monte Roso



"Cerró los ojos esperando que todo fuera un sueño. El cálido aliento del dinosaurio le levantaba los pelos del flequillo. Y esperando, esperando, se durmió."


Le enseñé el texto a Augusto. Después de su éxito como fabulista, era un referente en el país.
.- Dos lineas es un poco, por muy corto que sea el relato. -Me dijo.-
Se puso a escribir encima de la cuartilla con un lápiz que se acababa de encontrar en la calle, (eso me había dicho), y añadió una tercera línea:

"Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"

.- Muy gracioso.- le dije.-, dos líneas es poco y tres ya es un mundo. Ya te vale!
.- Es mejor mi línea sola, que las dos tuyas juntas,.- me espetó.-
,- Pues presenta al concurso tu línea sola.- le reté.
.- Pues guarda las tuyas para el siglo que viene.- me recomendó proféticamente.

Las hubiese publicado antes, pero el famoso once de septiembre de 2001 me dejó tan  grogui, que me ha costado más de una década recuperarme.
Espero que me perdonéis el retraso.
Y......   Tito, un abrazo.
PD.- Tito, busca a mi prima, que acaba de llegar, y cuéntale lo nuevo que hayas escrito ahí en el cielo, seguro que en sus ojos encuentras más universos que palabras en los libros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario