San Marcos

San Marcos, el del león,
evangelista  de los cuatro,
es un enigma de charcos
nubes, tormenta y sol.
El HARPP lo mira asustado,
pues no hay explicación,
para sus nubes a destajo.
Si llueve el día del santo,
van cuarenta días seguidos
de tormentas y charcos.
No de temporal suave,
solo algún que otro chubasco,
que mantenga la sazón
sin que se evapore el charco.
Esta sabiduría popular,
no entiende de artilugios,
lloverá hasta el mes de junio
entre días salteados,
aunque el nuevo orden mundial
prohíba los milagros..
Si lloviera el veinticuatro,
o lloviera el veintiséis,
sería mayo soleado,
y seco, y estirado,
pero si llueve el veinticinco.....
como es el de San Marcos,
cuarenta días de  charcos.
¿Qué cual es el sentido?
No lo sé. El era obispo,
yo me quedé en monaguillo.
A él lo bautizó San Pedro,
 a mí el cura del pueblo,
Él tiene a sus pies un león
yo en la cabeza una televisión,
(vacía, que no moleste,
que no ponga sus mentiras
ni sus manipulaciones)
y en todo lo demás,
tampoco nos parecemos,
pero escribimos nuestras cosas,
yo estas letrillas burlescas
y tú aquellos primeros evangelios.
(permíteme el tuteo
que es inocente devaneo)


ODA A SAN MARCOS



Te tenemos devoción
por almendras y aceitunas,
pero no por las cerezas,
que no nos dejas ni una.
Tu batalla contra el HARPP
ha sido de envergadura
y has salido victorioso
enarbolando la pluma
donde el veinticinco de abril
es aguacero inevitable
de los cuarenta días
de San Marcos,
a los cuarenta días
llenos de charcos.
Eres un santo bárbaro
de truenos que repican
contrastes a diario.
¿Cuántos versos son una oda?
Es que se me va a hacer largo.
Vamos ya se me ha hecho,
me voy a hacer un recado,
¡ah! a ha y ha a ¡ah!
ahahá.