lunes, 5 de noviembre de 2012

amistardes

la ambigüedad es la definición del camino fuera de la era, del trillo, fuera de la circunferencia que la noria marca al bípedo o al cuadrúpedo que da vida a la tierra sacando el almaagua de las profundidades.
Derramar el agualma por bancales o laderas en tinajas o cantimploras, dando vida a los seres y las cosas.
A mis prontos me remito, que solo males me trajeron por precipitar con ignorancia la génesis de las soluciones a los abismos de los egos prepotentes.
Si suena bien, aunque no se entienda, puede impregnar lo cotidiano como Beatles albiones en las lenguas del planeta.
Escarabajos blancos,
al alba,
discípulos novísimos
del nuevo orden mundial.
A mis tardes del silencio,
amistades del pasado,
karióticos momentos
ante el secundario Cronos
que se observa fragmentado
en el paraíso neuronal.
El beso adolescente,
el polvo magistral,
las miradas con sangre
desde el hígado fatal.
Sonidos que vuelven,
olores de misticidad,
al tacto de los sueños,
lengua y paladar.
A mis tardes solitarias
con amigos en el portal
de la memoria.
Desde el Río Anna,
en el principio o el final,
intermitente cauce seco,
aprendiz de Guadiana
con Alzheimer sobre Damocles:
el enfermo real
sobre la sostenibilidad.



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