sábado, 3 de noviembre de 2012

pluma volando sola


Ay! mi Federico, 
mi Federico del alma,
amante de toreros
con la vida al precipicio,
enamorado de los libres
en sus jaulas o sus campos.
Mi Federico del alma
que nos dio tanto
para nunca pedirnos nada.

"Mis cuatro primos Roldán 
en el desván de los Rosales. 
Lo que en otros no envidiaban, 
ya lo envidiaban en mí.
Por el culo me dieron
el tiro de gracia, 
a la altura de sus sentimientos,
pobre gente cristiana
que veía al dios del tormento
sin saber del dios de la risa,
pobres sepulcros encalados,
inquisidores del treinta y seis."

Voces de muerte
al clavel más varonil
de todas las españas. 

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