domingo, 18 de agosto de 2019

fóbicos

Aporofobos sin nombre
Le ponemos nombre al perro, o al gato porque no tenemos intención de comérnoslos, pero no hacemos lo mismo en las granjas de pollo, cerdos, caracoles, conejos ovejas, cabras, o animales varios de engorde o desengorde, de huevos o leche, no ponemos nombre a quien nos vamos a comer.
Sin embargo, si ponemos nombre a quien vamos a vender, porque eso lo revaloriza, puede ser un caballo o un toro, un ganso o una comadreja es una amistad utilitaria. Mientras los utilicemos, les pondremos nombre, e incluso aumentará su precio alguna lagrimita y susurro el día de su venta.
Vaqueros boyfriend rotos,M
El uniforme aporofóbico es ta de moda, (el espacio no es error), es ta de moda.
Las zapatillas o zapatos de tacón deben de ser de marca cara, y muy nuevos, pues en caso contrario, el uniforme aporofóbico se queda en aporo, en pobre a secas, y en esta sociedad no estamos acostumbrados a reírnos de nosotros mismos. Mira tú, así al pronto, como nos cuesta aceptar que la Tierra es plana, que nos han engañado, y nos usan de papel higiénico.

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Estos aprendices de zombies inculcan la aporofobia desde abajo, para que no se note, para crecer dentro de la misma sustancia infantil..

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Nuestro futuro como sociedad no es la empatía, ni la solidaridad, en el curso que llevamos.
Aunque es cierto que las risas de los aporos son más sinceras que las risas de los fóbicos.
Los aporofóbicos no saben que lo son.

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Apuramos el estado de bienestar, hasta que los charcos nos humedecen los calcetines.
Cuando estamos bien, no queremos cambiar, aunque el cuerpo ya tenga averías de difícil solución,  porque arreglas por aquí y sigue estando viejo por allá.



Que Deimos se apiade de nosotros
La guerra preña a lo bello y se generan pánico y terror.
Es difícil traer cabezas de calvos, cogidas por los pelos.
Las largas cabelleras son más apetecibles
Pero a falta de guerra, se buscan en el amor.
No invitaron a los pobres en la boda de Afrodita
Aún así, de Poros y Penia, nació el amor.
El sexo llegó después de saciar la gula.
El hambre estomacal aprieta más que el cerebral.
Y aquí es tamos, barriendo pelusilla debajo del sofá.



(En griego, aporo es difícil y penia pobreza, pero se ve que la RAE juega a los dados)
Y Fobos asusta más porque lleva detrás a su hermano Deimos que por él en si mismo.

2 comentarios:

  1. en estos tiempos todo es de "marca", hasta la simulación de la pobreza con huecos inventados y distribuidos en las prendas de vestir.

    el dinero siempre está de por medio y siempre es otro el que se beneficia.

    saludos.

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    Respuestas
    1. Qué tiempos aquellos antes de que llegara la televisión sus programaciones!
      Saludos

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