Me fui por el mundo a recorrer adioses
y se me pegaron en los labios,
en la lengua y en las manos,
como lapas en las piedras
que acaricia el mar.
Se me pegaron las palabras
por dentro y ahí están,
que no me salen los adioses
que no se van.
Ni movimiento las manos
en acelerado péndulo,
ni acompañando los ojos
donde el camino se pierde.
Porque nunca te irás,
ni aunque me vaya
con todos los adioses del mundo
a cementerios donde el amor
coquetea con los sueños
de una muerte mejor.
Arrivererci de nostalgia alegre
bye bye, de sutil condescendencia
Auf wiedersehen! de sentimiento
Au revoir de eterno volver
Pegalosas las palabras
de adioses que no tienen prisa,
de perros domesticados
que besan a quien les pega.
Adios a la musa
de poemas que no acaban,
de sentimientos que no terminan,
de muertes floridas
y resurrecciones eternas.
¡ Quien pudiese viajar por esos lugares de vidas sin vivir y de muertes siempre eternas !
ResponderEliminar¡ Quien pudiese morir en aquellas hierbas altas donde el sol da sombras a sus minusculos habitantes !
genial pero sobra el adios rafa eso es el final y no un punto y aparte amigo un abrazo
Sí, las palabras como caracoles que se nos pegaran al paladar, que quisieran sacar también sus aristas al sol, al sol de los sentimientos eternos y al tobogán de la sonrisa de la chica que amamos. Muy hermoso tu poema
ResponderEliminarSaludos blogueros
Hawai, si estuvieras más cerca te diría "hagamos un aura", pero así he de decirte, " a ver cuando la hacemos"
ResponderEliminarJ.Antonio, cada día que pasas, te descubro más poeta, de imagenes, colores, ternuras,
gracias a los dos.
Bts