pagar por escuchar
canto gregoriano,
en la vibración sonora que en otras gargantas
les provocan estados de felicidad.
Pagar por escuchar
soflamas políticas,
que otros bolsillos engordan
con tributos que tú les das.
Pagar por escuchar
los cómicos de tus mismas ideas
poniendo a parir muy mal,
a esos que ni sabes insultar.
Pagar de paganos.
Favor con favor se paga,
si con dinero se cubre
para salvar apariencias
en limpia de conciencias
para comprar los presentes
postergando los motivos,
el favor es de hojalata.
Pagar por mirar
como se pasa la vida
con el tiempo mismo
de la misma vida.
Cómo no vuelve nunca
la adolesciencia perdida,
las ocasiones Karióticas
del Eros que se olvida
convertido en Nefele
de otra diosa fallida.
Quiero pintar en verde
los reversos de la ida,
los de la vuelta revuelta,
con toda libertad consumida
y sin originales pecados
de culpa consentida.
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