Cuando cada palo aguanta su vela el barco avanza superando los obstáculos con alegría.
Cuando un palo tiene problemas para sostener su vela, tenemos varias opciones:
-dejarlo como está hasta que se rompa y sustituirlo después.
-arriar la vela, repararlo y reponerlo.
en alta mar, en mitad de una tormenta, nadie ayuda a nadie, y cada uno se ayuda a sí mismo, si es que puede. Todo el mundo está sobrecargado y no hay tarea que se pueda posponer, pues todos los palos están encima del barco, y si el barco se hunde, se lleva con él a todos los palos, pues las partes y el total forman el mismo destino, causa, empresa, ideal.
Ahora bien, en cualquier sociedad, asociación, grupo, nación, nadie es indispensable, cuando alguien cae, otro ocupa su lugar y realiza la labor con mayor o peor fortuna, pero la empresa continúa, o quiebra, en este ultimo caso, si había un indispensable, y los demás eran meros comparsas sirviendo la empresa de otro. Y esto no es bueno ni malo.
Por un lado están los humanos con sus dimes y diretes y por otro el monasterio o cueva de ladrones, que se juntan o arrejuntan por objetivos más o menos comunes o coincidentes.
Y aquí fue donde mande a Platón a tomar viento: cualquier sociedad, asociación grupo, nación, debe fundarse y funcionar para el máximo beneficio de cada uno de sus componentes y no para exigir el sacrificio de nadie, ni uno ni pocos ni muchos, en aras de la propia perpetuidad del engendro creado.
La colmena no es superior a la abeja.
Pensamos que podríamos conseguirlo, bueno, hasta aquí hemos llegado.
Vayamos juntos en el consenso de las partes, pero la quema de brujas para cohesionar al grupo solo funciona cuando el grupo es rebaño, o manada.
Una agrupación de artistas de toda índole es lo más parecido al ejemplo de que la abeja, cada una de ellas, tanto individual, como colectivamente, es superior a la colmena, ………..quizá por eso Platón quemó sus versos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario