Los monstruos otearon los movimientos
de Furlock: visitas, nueva gente con caras nuevas.
Los cielos permanecían despejados, las
luchas estaban a ras de suelo.
Enemigos y aliados rondaban invisibles
con sus espadas en alto.
Ajenos a difusos niveles, las visitas
se concretaron en abrazos, en besos espiralados, mejilla contra
mejilla, fundiendo olores pránicos, sensaciones de amistad.
Los mil kilómetros, las doce horas,
daban un plus al círculo de almas agua reconociendo sus cuerpos.
En la sesión de abrir puertas buscando
profundidades como quien penetra en las galaxias para bucear entre
las almas de los soles dando muestras de simpatía desdibujando
alinimales y humanos. Se afirmaron atajos para descubrir los caminos
de hadas bajo las copas de los árboles.
El alma agua se relajaba en agradable
compañía, enseñando con sus curvas que los ángulos cuenta números
eran repeticiones de la simulación.
Ante la suave cadencia del ritmo
furlock, las visitas apagaron los nervios de la primera vez.
El pezqueñín conformaba un anillo
protector de manera infatigable, dejando señales de agua por todas
partes.
Los peces y el agua. Felinos y cánidos,
delfines, ballenas, bailarines, aplazando frecuencias. Oídos,
membranas, parpadeos, luz.
El génesis a cada instante, en cumbres
y valles.
La fuente de la desembocadura ofrecía
sus chorros sanadores combinando los elementos, la danza de la
espiral del planeta, y el ritmo de la luna.
Surfearon las miradas el arrecife de
pinos que ocultaba las marismas. Puntiagudos corales, hechos con
huesos de agua, expuestos al veneno de simular que son lo que no son.
Y hubo que volver a la fuente para esperar mejor ocasión.
Nos llamaban las dunas fronteras de
manera individual, y fuimos y volvimos dejando regueros de paz.
En la noche hubo sentidos de ojos
ciegos, de olores perfumados, de sabores, de cinco sentidos en los
pliegues de sus cosquillas. La risa agua en vuelos de mariposa.
¿Quién estuvo allí? TÚ. Recuerda. Estabas allí, en el futuro,
paladeando.
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Casi al final, en terreno de la
duquesita, creyeron algunos monstruos que podrían, de espaldas al
Furlock, enredar y pifiar, tan confiados estaban que pensaron ser
invisibles para todos los demás. ¡Vaya susto cuando descubrieron
que otros ojos estaban en línea con ellos! Con que rapidez volvieron
a sus mundos y quedaron ahora sí, invisibles de verdad.
Y allá, en la herrería, quedamos
solitarios, con zapatos nuevos, mientras pezqueñin, rodeado de
charquitos perennes de agua, nos enseñaba a masticar nuestras nuevas
pisadas.
Si, fue de muy poco en la duquesita. Si al menos hubiera tenido tiempo de enarbolar al Monsieur Petit entre las dos Torres Gemelas, pero no hizo falta.
ResponderEliminarCon ustedes, ningún plan más que planear.
Inclinación profunda,
Miguel
Sí, un mundo en el que el ingenuo vence a los trileros, no necesita de policias.
ResponderEliminarespirales, todos se salvarán¡¡
La danza tintineante de las palabras mágicas
ResponderEliminardiluye la simulación y acaricia las almas-agua.
Un abrazote para mi poeta favorito.
Pondi.
La danza tintineante de las palabras mágicas
Eliminardiluye la simulación y acaricia las almas-agua.
maestro......
Ya estoy aqui- ii. Pido tregua porque se me cae la lengua ¡¡¡¡¡¡ Ah ah ah ah. Qué momentos de llegada y de despedida. Un hasta luego, pero a lágrima viva.
ResponderEliminarNos reconocimos, nos abrazamos y seguimos charlando como aquel que dice ” deciamos ayer”. Queriamos tocarnos, sentirnos, visualizarnos,….
- es rubia, está de buen año, es un cielo, bla,bla,bla, – cotorreaban nuestras mentes desesperadas por meter baza. Ni por Dios. Nuestro lenguaje se les escapaba.
Adiestradas al idioma trampa no entienden del lenguaje-alma.
No había tiempo porque tiramos los relojes al mar. Todo era-es-será un momento presente para disfrutar conscientes de quienes somos.
Oh señor ¡¡¡¡¡¡¡ Grandes, inmensos y llenos de VIDA.
la tregua es no pensar y buscar donde sentir para actuar.
Eliminarbesos