Los puentes nacen
con la ilusión de cruzar,
la necesidad o el capricho
de pisar la otra orilla.
Confidencias.
Con fe en la discreta ausencia
al otro lado del río.
Cuando el accidente
rompe el puente
todos los esfuerzos son
a erigirlo otra vez
más fuerte, más seguro.
Cuando después de tanto esfuerzo
la rotura es,
de Cesar sobre el Rhin,
la frontera busca ser
otra valla de corral:
"de esta orilla para atrás
lo mío,
y si no es compartido,
no es aliado,
es enemigo".
Conforman las fronteras
el sentir totalitario.
Adolfos en Alemanias,
Josés en Rusias,
Carlos en Españas,
invasores.
Amores.
Dolores.
Lola.
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