Hay una extraña sensación agradable y con ansias de orgasmo porcino en escalar las más altas cumbres y subir donde los demás no se subieron, pero hay un respeto que todos los hombres tienen hacia quienes las altas cumbres suben, se trata de elevar el sentido de patria no a las tierras que los padres pisaron sino a las cimas que nuestros pies conquistaron.
Tiempos
resquebrajados
sostenidos de milagro
en el equilibrado
instante
entre la permanencia y la rotura.
Los seres que no
se rompen
a pesar de sus fisuras
y son pared de un embalse
con
todas las aguas del mundo
necesitan
un relevo
y dejar el testigo
en
el
cofre de las victorias.
antes había ideales qué conquistar; ahora, como que el asunto es más pedestre.
ResponderEliminarsaludos.
ha subido tanta gente al K2 que ya parece de poca relevancia.
Eliminarsaludos