desde el cielo. |
Los amos de la granja convirtieron el islote en un corral. Fueron los “nobles conquistadores”, que a las ordenes de Guillen de Mongrí, y después de los largos años de guerrillas en la Sierra de Mallorca, decidieron en Ibiza quitarse complicaciones y mataron a todos los habitantes, salvo algunas jovencillas, que las guardaron para otros menesteres. Tanto fue así, que la vecina isla de Formentera, permaneció totalmente deshabitada durante siglos.
Estos “nobles” (manda cojones) se repartieron la isla y la repoblaron de gentes, aunque el islote de Es Vedrá lo repoblaron con cabras. Y allí siguen, haciendo corral.
Pero con cabras y todo, sigue siendo un punto magnético innegable.
Asiduamente quedan restos de imaginados rituales en la costa, frente a la imponente mole.
espiral de piedras |
Dicen que el corte vertical continúa bajo el agua cientos de metros, y sirve tanto de guarda tesoros como de base OVNI submarina.
Hasta en la vecina isla de Mallorca, tuvieron la desfachatez de hacer postales con el rótulo de “Mallorca” bajo el islote de Es Vedrá. (aclaro que debió de ser una iniciativa de alguna imprenta privada, pues se retiraron pronto de los quioscos)
Así las cosas, esos pocos centenares de metros que lo separan de la costa, parecen suficientes, puesto que también es harto complicado saltar al islote, salvo si se hace nadando, suficientes, para mantener a las cabras y para que los visitantes se lo piensen.
Siendo el islote propiedad privada, está también prohibido el acceso al mismo, por lo que algún barco de ruta turística lo circunvala, pero no amarra para el acceso a pie
desde cap des jueu |
El itinerario fue perfecto, la misma corriente me llevó, más rápido de lo que hubiese querido, y en los vaivenes de amarrar el bote, para dejarlo en dique seco, entre la fuerte corriente, perdí los remos y la cámara de fotos. No fue el disgusto superior a la alegría de haber arribado y poder caminar, o dar saltos por la pedregosa costa.
Hice un poco de senderismo tierra adentro, o piedras arriba más bien, por un sendero de cabras, nunca mejor dicho, donde la vegetación estaba roída hasta más de un metro y medio de altura , en los pies solo piedras, polvo, cagarrutas de cabra y alguna desconfiada lagartija. Caminé hacia arriba, pero no encontré la cueva donde el ermitaño padre Palau vivía sus temporadas de meditación y visiones, alucinógenas, o no.
Hice un poco de senderismo tierra adentro, o piedras arriba más bien, por un sendero de cabras, nunca mejor dicho, donde la vegetación estaba roída hasta más de un metro y medio de altura , en los pies solo piedras, polvo, cagarrutas de cabra y alguna desconfiada lagartija. Caminé hacia arriba, pero no encontré la cueva donde el ermitaño padre Palau vivía sus temporadas de meditación y visiones, alucinógenas, o no.
Despues descendí, y pensando que los brazos son también remos, puse el bote en el agua y me monté para dirigirme hacia la playa de cala d´hort. Ilusión mía! constaté que la corriente era fuerte, muy fuerte y que me sería difícil llegar, pero no me desanimé y seguí remando con los brazos, pronto el ángulo de visión se amplió y pude ver cala Carbó, que tampoco era un mal lugar donde varar, pero avanzaba poco, tan poco que al rato, ya pude ver la entada de cala Molí, y ya estaba realmente cansado. Algún barco pasó a lo lejos, y yo ya podía ver cap Nunó y la bahía de San Antonio …. lejos, muy lejos, también quedaba cada vez más lejos el punto de partida, cala d´hort. Los brazos ya no servían ni de remos ni de timón ni de lastre, y la corriente marina no cesaba, cada vez ella más fuerte, y yo, cada vez, más lejos.
Pero no estaba desesperado, al cabo del tiempo, no sé cuanto, vi una lancha que se acercaba, por la dirección que llevaba, me iba a ver, inevitablemente, y así fue, aminoró la marcha y pude ver que era de salvamento marítimo, se acercaron, mientras yo estaba sentado, mirando al tendido, no levanté la mano siquiera, ellos se acercaron más, y cuando la distancia fue lo suficientemente corta, alguien me gritó “¿Necesitas ayuda?
Yo, sin perder la calma dando saltos de alegría y gracias por la salvación, y a la vez sin hacerme de rogar mucho dije “Bueno.”
Así fue como subí a la lancha, ellos amarraron el bote atrás dando unas cabezadas de conmiseración, me informaron que un barco les había dado el aviso de naúfrago en alta mar, sin embargo yo no parecía muy preocupado, y no era por valentía, era por auténtica inconciencia. Tras preguntarme por mi punto de partida, pusieron rumbo a cala d´hort
El trayecto en la lancha de salvamento marítimo se hizo largo, muy largo, y tal como pasaban los minutos, con el motor a toda máquina hacía la costa, empecé a darme cuenta del peligro en el que me había expuesto, sin agua, sin remos, sin nada, salvo el bañador y la camiseta.
Cuando me dejaron cerca de la playa, tenía un hormigueo en el estómago, que no fue a mayores porque la aventura ya estaba finiquitada.
Pero puse el pié en Es Vedrá: misión cumplida.
(si alguno de los participantes en el relato lo leyere, gracias nuevamente)
la torre del pirata |
¡ PUES TE HUBIESE PODIDO COSTAR CARA LA AVENTURA AMIGO MIO !
ResponderEliminarPero si merecio la pena en tu interior cumplir tu sueño me alegro y una cosa mas te voy a decir
¡ OLÉ TUS HUEVOS TOCAYO !
gracias Rafa, un abrazo
ResponderEliminarTu aventura es la tipica noticia que escuchas en el telediario y piensas¡ pero en que estaba pensando¡, pero sabes lo que creo, que como no rascamos la superficie, nos quedamos en lo anecdótico, ahora que te leo y sé lo que te movió a lanzarte a dicha aventura, valoro tu arrojo y sobre todo las ganas de cumplir tu sueño, a pesar de que te hubiera podido costar la vida, y que en ningún momento buscaste el rescate simplemente te llegó, aunque seas ahora consciente del riesgo que pasaste pero sé que mereció la pena.
ResponderEliminar¡Bravo¡, menuda expeiencia.
Un fuerte abrazo.
Bueno, autoconocimiento, el mediterráneo no es el Atlántico, ni el cantábrico, pero las corrientes marinas cuando las hay, son mas fuertes que un par de brazos humanos.
ResponderEliminartambién las calmas, son de piscina.
B7s