Sé feliz:
espera menos,
espera poco,
no esperes nada
ni obedezcas consejos,
el mundo se acaba....
un día de estos.
No el mundo de los otros,
el mundo nuestro,
el de los besos
y las miradas,
de los dormires y despertares,
en la vida o en la muerte.
La culpa es
del rey,
de la culebra alimaña,
de las nubes,
los rascacielos,
o cualquier otra patraña.
Nunca sabe el agua del río,
cuando comienza el mar,
cuando deja de ser dulce,
para los ojos irritar.
Se llaman deltas, esos lugares donde
el nacer y el morir se juntan y arrejuntan,
como el agua de los ojos al reír o al llorar.
Hay un corazón-motor escondido en algún lugar,
donde los ojos de Dios ven por el lagrimal
tantos intentos vanos de buscar y no encontrar.
Todo en la vida es dolor,
hasta la sombra de los budas en el valle del despertar.
Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
ResponderEliminarcuando todo a tu lado es cabeza perdida;
si en ti mismo tienes una fe que te niegan
y nunca desprecias las dudas que ellos tengan;
si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si, engañado, no engañas;
si no buscas más odio que el odio que te tengan…
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres;
si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano;
si tropiezas con el triunfo, si a la cumbre llega tu derrota
y a estos dos impostores los tratas de igual forma;
si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado;
si vuelves al comienzo del trabajo perdido,
aunque esta obra dure toda tu vida;
si arriesgas al momento y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era;
si logras que nervios y corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas;
si hablas con el pueblo y guardas tu virtud;
si marchas junto a reyes a tu paso y tu luz;
si nadie que te hiera llega a hacerte una herida;
si todos te reclaman, y ninguno te precisa;
si llenas un minuto envidiable y certero
de sesenta segundos que te lleven al cielo…
toda esta tierra será dominio tuyo
y aún mucho más,
serás hombre, hijo mío.
Rudyard Kipling
Ya me gustaría llegar.
EliminarYa me gustará llegar.
Ya me gusta y sin llegar.
besos, con alas.
Como me gusta leerte, es navegar placidamente por las aguas que mecen mi alma.
ResponderEliminarBesos poeta de AC.
me parezco a tu mar?
EliminarSomos agua,
navegamos en nuestro ser
con el sol y el viento del querer.
Besos y alas.