domingo, 11 de enero de 2015
Paris
de Paris a París.
Helena estaba casada con Menelao, el hermano de Agamenón, pero yo era hijo de Príamo, y hermano de Hector. Nuestra posición en el Bósforo era mucho más dominante que la de aquellos griegos que empezaban a despuntar en algunas batallitas.
Nada me amilanó, la dejé que hiciera su voluntad, no fue un rapto, ni hubo fuerza, sobra decir que yo no solo era más guapo y más valiente, tenía una sensibilidad de la que Menelao carecía, y una cultura superior. Aquellos griegos seguían siendo unos bárbaros.
Nos casamos en Troya, y luego nos fuimos de viaje, la lleve por la costa del mar Negro hasta el Delta del Danubio. Quedó prendada de aquella tierra negra,de aquellos amaneceres y puestas de sol. Decidimos subir el río para conocer gentes y no porque yo quisiera a Helena solo para mí. Fue entonces cuando mandaron desde casa a una comitiva para que volviéramos, estoy seguro que fueron los ancianos del consejo, ya que sus mayores placeres estaban en la vista y Helena, Helena era de muy buen ver.
Nos alcanzaron cerca de Dresde, (habíamos hecho una pequeña incursión por el Elba) y ya no nos permitieron cruzar al Rhin, río que nos hubiese llevado al mar de los lestrigones y luego hubiésemos costeado hasta el Sena, y por fin, París,(entonces la llamaban Lutecia) pero no pudo ser. Se pusieron cabezones, que teníamos que volver, que habían pasado unos años ya, que con la historia de la luna de miel, llevábamos por esos mundos, más de lo que se pensaban.
Y por eso no llegué a París, que si no nos paran, llegamos.
Aunque no lo conseguimos, muchos enamorados, han tenido mejor suerte y han llegado a su luna de miel en París. pero eso es ahora en este tiempo,con aviones por el aire, que en aquellos lejanos años, lo más rápido era el crucero, y lo más seguro.
Mira tú, el Ulises que se fue por mar y tardó 10 años en hacer un recorrido de chichi-nabo, después de los otros diez que estuvo tocándonos los cataplines hasta que se le ocurrió lo del caballo. Muy ingenioso el Odiseo.
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con las mujeres bellas siempre ocurren estas cosas: todo un bolondrón.
ResponderEliminarpero vale la pena hacerlo.
saludos.
Ay......................! Helena era algo más. Ni los troyanos se arrepintieron.
EliminarSe ve que en aquellas épocas ya sabían que ciertas guerras requieren excusas, falsos motivos y muchas mentiras.
saludos.
Siempre nos quedará París
ResponderEliminarPublicado esto, unos días después del falso atentado islamista en París, no es fácil ver la sátira y el como se usan a unos y otros para generar guerras.
Eliminarb7s