soneteando

De sonetos me pone un centenar,
ya veremos si sale alguno bueno,
que tenga más chicha que relleno
y con palabras de poco asustar.

Primera conjugación para empezar
cada cuarteto como un trueno
cual si anunciara al nazareno
que de regreso nos viene a juzgar.

Que no lo amilanen los tercetos
con esa libertad de combinaciones,
ponga usted lo que mejor le salga

sin pensar que ya están obsoletos
mandando a la rima por cojones
que cada endecasílabo cabalga.

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A mi no me venga con obligaciones
que yo no soy muy de encorsetar,
yo prefiero el arte de desnudar,
quitar nudos, ganchos, cordones.

Besar a centímetro las tentaciones.
el tobillo, la ingle, la  zona lumbar,
subir subir subir y bajar, bajar
hasta morder los labios chochones.

¿Buscar palabras en diccionario
para que ayuden a los cantantes
a memorizar ideas y sonidos?

¡Me resulta opuesto y contrario
poner otros signos rimbombantes
y no, mis naturales conocidos!

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 No se me ponga usted tan remolón
y empiece ya  de una puta vez
que lo suyo es auténtica dejadez
por ejercitar la imaginación.

Es que cien me parecen un montón,
no me acuse usted de bisoñez
que en otros tiempos ¡pardiez!
me pasaba yo ese listón.

Eso sería en alguna otra vida,
apúrese en el fin de semana
y verá el florecer de las métricas.

En mi propuesta de medida
para llegar a tocar la campana
pondré solo diez prosas poéticas.

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Si al final los sonetos los hago yo
y usted viene a bailar el agua
embutido en su satén de enagua
cual si fuera  la madre que lo parió.

Esto es algo que jamás se permitió,
la poesía que a la fuerza fragua,
ni en Castellón ni en Managua
tuvo genio ni musa ni asombró.

Pues le tomo el reto de los diez
y no vaya a Consellería de Cultura
a hacer el registro de propiedad.

de sus versos secos, con aridez,
con la vanagloria y la premura
soñando que tienen profundidad.

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Me cago en todo lo que se menea,
pues  ya llevo ahora más de cuatro!
ya tengo a la tribuna del teatro,
ya la mitad desde  aquí se otea.

ya el teclado me chisporrotea
esto me sale y me idolatro,
y hasta hago veinticuatro,
si es mi musa quien lo desea

sin deciros nada de nada nada
y llenando líneas verso a verso
de la gran apatía aburguesada

de este parco cerebro perverso
en esta alma nocturna enojada
con el soneto en el que me inmerso.

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